Alvaro, hace pocos días hemos tenido la tutoría de fin de curso. Terminas tercer curso de Educación Infantil y es el momento de valorar tus progresos. Tu mamá va con un nudo en la tripa, tu papá algo más tranquilo, pero expectante. Nos reunimos con la logopeda, la PT (Psicoterapeuta) y la tutora que empieza a explicar tu evolución.
La pantalla digital te tiene fascinado, tanto, que a veces hace que te distraigas en un santiamén. Te gusta mucho abrir cajones y cerrar puertas. Eres el portero del aula. Has adquirido ya todos los requisitos del lenguaje y tienes muchas ganas de comunicar cosas. Vas prestando más atención a tus compañeros y con algunos de ellos empiezas a conectar más. Ya no canturreas tanto. A nivel evolutivo vas progresando a medida que te van presentando propuestas. Y sobre todo, vas feliz al cole. Este año, después de quince días de ausencia por una intervención de amígdalas, te mostrabas especialmente contento.
Tu carácter “terremoto” se ha ido suavizando gracias a las rutinas del aula y la vocación de tus profesoras, constante e inquebrantable. Tus compañeros te ayudan y tú les imitas. En general, estás más tranquilo. Me lo dicen muchas personas. Salimos de la tutoría contentos. Aún queda mucho trabajo por delante pero las perspectivas son buenas.
Continuaremos ayudándote para que tu inclusión en el aula sea lo más fructífera posible; y seguiremos pidiendo en tu nombre una enseñanza inclusiva en aula ordinaria para todos los niños y niñas con discapacidad intelectual que lo requieran.
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